
Soy yo la que se pone nerviosa,
a la que se le olvidan las palabras,
la que quiere estar sola, pero cuando no sabe de ti entonces se preocupa
mujer que le da pena ser mujer.
No eres tú, quien pierde la serenidad cada noche o cada mañana.
No eres tú el motivo de sus desvelos, ni el de sus sonrisas… y mucho menos el de sus lagrimas
No eres tú quien teme gastar las caricias, las palabras y hasta las memorias.
Soy yo la que te sueña y de inmediato se aleja de si.
No eres tú, más que mis deseos.
Soy yo, la que sufre los desvelos,
La que vuela sin tener ideales,
La que muere de miedo si no te ve,
La que añora las caricias durante la noche, durante cualquier momento de soledad o de intimidad.
No eres tú, el peor de sus males.
No eres tú, la memoria amarga en el vino.
No eres tú, quien se miente o se detiene al amar.
Soy yo, la que miente, y tropieza con sus deseos.
No eres tú, el que se mofa si me ve caer.
No eres tú, quien me cree.
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