Ayer, mientras todo era felicidad y excitación, recordé tu rostro... aquellas facciones tan firmes, esa mirada tan timida, la voz tan dulce, y el jugueteo nervioso de esas manos... Tuve tantas ganas de tenerte conmigo, de mirarte a los ojos, de coquetearte, hasta lograr abrazarte y quizá hasta besarte.. De verdad que quisé compartir ese momento contigo.
Ansiaba poder tocarte, que te relajaras conmigo, que bailaramos juntos, quise hacerte el amor en plena multitud. Y al no saberte cerca, no pude hacer más que dejarme llevar por la música y llorar por dicha, por dolor, por ti.
Imaginaba lo bien que nos hubiesemos visto juntos, tal vez no tomados de la mano, pero si charlando sentados en el pasto, bailando y coreando nuestras canciones preferidas. Y debo confesarte que quise tanto que fuera verdad...
¿Te imaginas pasar esa noche juntos?
Seguro te llevaría por unas cervezas, te vería sin ningún rastro de cansancio, es más hasta trataría de ponerte nervioso con tan sólo mirarte. ¿Sabes? qué bueno que no fue así, porque no me hubiese importado ponerme ebria, llevarte a caminar sin sentido por las oscuras calles hasta encontrar un hotel de mala muerte...y la verdad, no me hubiese importado desnudarme sólo para ti.
Era lo qué más deseaba esa noche... y heme aquí escribiendote mis deshonestas intenciones... imaginandote a ti ... como algo más de mi propiedad.
Al final... no sabes cuánto te deseo.
0 comentarios:
Publicar un comentario